sábado, 16 de abril de 2016

Inicial L de Lia. Boceto.

A veces, el resultado final no permite entender el proceso. Da la sensación de que las cosas salen porque sí, automáticamente. Y quizás eso le pase a otros; pero en mi caso suele ser el resultado de ensayos y errores constantes. 
Esta L ha sido un ejemplo. 
La fuente de inspiración fue una inicial anterior —de octubre de 2012— que utilicé en una caligrafía dedicada a mis padres (http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2012/10/un-trabajo-para-mis-padres-los-abuelos.html). 
A partir de ella empecé los primeros ensayos.

Que poco a poco iba puliendo y que, llegado a un punto de crisis, me obligaron a dividir el trabajo en distintas partes y buscar, primero, soluciones separadas.


Luego vino el primer boceto, que no acabó de convencerme. En él ya incluía, la decoración con acanto, para la que me inspiré en el Clip Art de un ornamento de una pilastra florentina de los Uffizi. Previamente había hecho también varios intentos hasta que llegué a la solución de una espiral de cuatro puntos basada en el rombo.

Finalmente, un segundo intento en el que el trenzado de enmedio era perpendicular al eje en vez de con un punto de fuga y algunas variables más. 

Y podía haber seguido enredando, pero me dije “basta”. Lo mejor de un trabajo no es que salga perfecto —la perfección es atributo exclusivo de Dios, recuérdese—, sino que se acabe.

Y hasta aquí he llegado.
Ahora ponerla en una frase —en este caso en un nombre— en limpio y darle color es harina de otro costal. Tiempo al tiempo.
Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Aries del Año del Señor de 2016 (2017 Año de Gracia)


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